septiembre 28, 2008
EL NUEVO JEFE.
La foto no es de archivo. La tomé con el celular desde la ventana de mi oficina. Eso que ven, detenido como araña MATRIX en el cielo nublado es mi jefe llegando a su oficina. Lo sé porque estaciona esa cosa enorme en el techo de la mía. Dicen que tiene una alberca (piscina) dentro de su despacho y cuentan en los pasillos que cuando se sube a un elevador los mortales deben dejarlo solo y no entrar so pena de ser, al menos, mirado feo. ¿Sabrá a qué huele la avenida Insurgentes?¿Cuando habla de la inseguridad piensa en una bazooka que pueda derribarlo?¿Desde hace cuánto tiempo no le dicen “guerito, guerito” en un tianguis?¿Desde cuándo no camina por una calzada bordada de puestos de tacos de cochinita pibil y arroz rojizo?¿Soñará?¿Vivirá un 5% del D.F. en que vivo yo, en el que vivimos los otro 25 millones de personas?
Voy a cumplir 2 meses en esta empresa y, por supuesto, no lo he visto por un pasillo. Pero espero un día poder preguntarle...si no es que me lo encuentro en el elevador, porque dicen que es mejor no subirse con él.
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2 comentarios:
Si en el elevador no es buena onda tu jefe, entonces realmente nunca se baja de su helicóptero y la gente frente a frente sigue siendo esos puntitos insignificantes e irreconocibles que son desde arriba. Después de lo que escribes, creo que me gusta más ver hacia el cielo y preguntarme quién va ahí, solito.
Ex-jefe,a finales de año aplicaron la pre-crisis y despidieron un par de cientos de personas incluído yo. Pero tienes razón, mejor disfrutar de ver los helicópteros y no pensar mucho en quién va viajando en él.
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