septiembre 19, 2011

Gabinete profético LOS HERMANOS CHANG.


Orgullosamente les presento mi segunda colaboración con las preclaras mentes creadoras del Universo de los Hermanos Chang. El link para el blog completo, que merece la pena ser revisado todo es AQUÍ.
El link directo a mi humilde colaboración es AQUÍ.
Espero lo disfruten y lo difundan.

septiembre 14, 2011

EL EXILIO.


Unas semanas atrás, un amigo de redes (aún no lo conozco en persona), Ricardo Ramírez Requena, venezolano, invitaba a sus contactos en Facebook que vivieran fuera de Venezuela a escribir sobre el exilio. Quería abrir un blog donde se indagara sobre esa experiencia. Le mandé un texto, que copio a continuación, y los invito a visitar ese blog que recién empieza: LA ADUANA. BOARDING PASS

Mi texto:
De Exilios y Extrañamientos. SIN REVERSA.


Hace unos días, estaba sentado en la oficina de un amigo dueño de una productora. Hablábamos de un par de proyectos en conjunto y se levantó de su silla para atender un asunto con una de sus empleadas. En esos minutos esperando en su oficina, revoloteando con la mirada sobre la biblioteca de “El Potrillo” (así le dicen porque se llama Alejandro Fernández. No canta. Hasta ahí los parecidos), veo un lomo que me resulta familiar. Blanco, la tipografía del título es manuscrita y corrida, a lápiz y la reconozco de inmediato: ¿Qué hace un libro de Pedro León Zapata en la biblioteca del Potrillo en Ciudad de México? Me levanto, tomo el libro y efectivamente, es una recopilación de Zapatazos. Lo abro y busco en las primeras hojas alguna pista de su origen y la encuentro: Una dedicatoria. El libro se lo regalé en el 2006. Yo se lo regalé.

Esta anécdota, encierra, para mí, el significado de migrar. Es un intercambio de vida, donde uno acerca a muchos su bagaje y recibe otro que no hace más que ampliar los horizontes. ¿Qué posibilidad habría de que “El Potrillo” hubiera conocido a éste Zapata?¿De qué otra forma yo me habría relacionado con un “potrillo” que habla?
Nunca hubiera conocido la profunda verdad del “ser venezolano” si no me hubiera ido. Ese distanciamiento necesario del que hablan muchos escritores (Cortázar, por ejemplo) que sólo pudieron escribir de los suyos en la distancia, es un concepto que no se puede entender hasta que te vas y miras ese lugar que es tu génesis desde lejos.
Descubrir tu acento, sin ir más lejos. Darte cuenta, a punta de no estar, que en la calle oyes una forma de hablar diferente y reconoces que por ahí está pasando un venezolano. Llegar a darte cuenta de que, en ocasiones, no tienes siquiera que oír el acento: ves de lejos a alguien que camina y gesticula de tal manera que sabes que es un compatriota. 
Yo me marché hace 11 años. No me fui por Chávez, ni por la inseguridad, que ya la había vivido en carne propia. Me hicieron una oferta de trabajo que no fui capaz de rechazar. Así de simple. Me marché con mi esposa a ver qué tal. Y mientras trataba de adaptarme al nuevo entorno, mientras aprendía a no decir ¡Verga! cada dos minutos (que aquí es una palabrota mayor) y bajaba la velocidad del habla porque no me entendían, la Venezuela de la que me fui desapareció. La mataron a puñetazos rojos. Le desfiguraron la cara y el alma.
Y aunque sé que hay una Venezuela afín que sigue, que lucha, que se deprime y luego se vuelve  esperanzar, que intenta retomar algún camino al futuro, once años después, no es ni volverá a ser el país del que me fui. Y no hablo de un sistema político que también estaba lleno de sinsentidos. Es algo más profundo y difícil de expresar. Puedo ir al país donde está mi familia, donde hay tantos amigos que extraño, donde hay un Avila como el que recuerdo y el cielo tiene unos colores y una nitidez que no he visto en ningún otro lugar, pero no puedo volver al país del que me fui. Ese no existe. Y a medida que pasa el tiempo, no sé que voy a sentir al enfrentarme al que hoy es.
Mientras tanto, hay una gran cantidad de cosas a las que me he acostumbrado y que no son venezolanas. Tengo un hijo nacido en México y ese sí es un lazo indestructible. Tengo un matrimonio de 14 años que sólo 3 pasaron en Venezuela. Hay lugares que me encantan, gente maravillosa y una historia fascinante aquí. Hay una patria adoptada en gestación.


agosto 12, 2011

PRUEBA BLOGSY

Probando esta App de iPad. Aprendiendo a postrar desde aquí

julio 04, 2011

METIDO A CRONISTA DE LOS Hnos. CHANG.




José Urriola, amablemente, me ha invitado a participar en su interesante experimento: El Blog de los extrños negocios de Los Hermanos Chang .
Así que colgué mi primer aporte hace unos días. Su link directo:
PARQUE DE ATRACCIONES SUICIDAS Hnos. CHANG

Si lo disfrutan la mitad de lo que yo disfruté escribiéndolo, me doy por bien servido.

mayo 31, 2011

Metrocircus, una respuesta.


Un buen amigo recién adquirido, Jose Urriola, tiene un Blog de divertidos y hermosos escritos de muy fácil digestión. El 27 de mayo escribió un post sobre los metros que ha tomado en su vida y en particular del metro del DF, que en este momento es el metro de la ciudad en que vive. Y me gustó tanto que le comenté como nunca suelo hacerlo: Casi haciendo otro post. Y no lo hago porque me parece que es como aprovecharse del público de un buen blog para demostrar "que tú también escribes". Remonté ese prejuicio personal y escribí largo (no tanto pero sí para mis parámetros prejuiciosos) y me gustó. Así que decidí aprovechar y darle la vuelta a la situación para deslastrarme del prejuicio: postear aquí mi respuesta, en mi blog, para que los que me leen a mí se vean impelidos a leerlo a él y así quedar tablas.
Dejo el psicoanálisis y los invito a leer el post: METROCIRCUS, de mi amigo Jose Urriola, y luego mi humilde comentario. Y después, vuelven al blog de Jose, ROSTROS DE VIENTO, y se leen todo lo demás.

Sin más preámbulos:

Yo estoy por obtener una maestría métrica en el DF. Casi diario lo utilizo y lo he vivido en verano e invierno,con lluvias de superficie y subterráneas, de noche y muy de mañana. Lo primero que me sorprendió fueron los cauchotes, que, realmente, le restaron encanto de inmediato porque no se vale. Como bien dices el metro es el tren de los que no tenemos esa belleza y si al tren sustituto le pones cauchos ya no es lo mismo. Es como usar moto con las 2 rueditas de infante atrás.
Y en tanta vuelta sí he visto leer mucho en el metro del DF. He visto lectores de pié apretujados entre gente y paquetes (confieso que no puedo, por mucho que me guste leer). He visto al fantasma del mendigo de Joselo, con paltó en trocitos sentarse a mi lado y varias veces al mismo loquito que habla con su compañero invisible, mirándolo (voltea la cara y enfoca al vacío) y no sólo le habla, que es loco pero entendible, sino que de pronto se queda mirando fijo, en silencio unos segundos y luego reacciona con risas o molesto porque este personaje no sólo habla solo, sino que le contestan.
Descubrí que el vagón gay es el último, hasta atrás (en México se ve que también "se conocen de atrás") y lo descubrí meses después de volverme habitual a ese mismo vagón, en mi caso por mañoso y por desinformado. Y me quedaron claras las miradas fijas y el desparpajo del jamoneo entre iguales.
Pero decidí comentar este post, no sólo porque me gustó mucho, sino por preguntarte, panita, si no te pareció el tren en sí, muy cuadrado y estrecho, además de naranja, si no sentiste que era como una fila de cajitas de fósforos puestas en vertical, si no tuviste de pronto la sensación de ser el intrépido volador y que tendrías que salir de la cajita en tu estación de destino con el traje cambiado, con casco y las antenas enrolladas para hacer una sola poderosa receptora de emisiones, subterráneas en este caso.