febrero 29, 2016

Netflix/Blim. Ser y parecer.

No ha podido caerme en las manos un mejor ejemplo de la lucha de neuronas que estamos viviendo en nuestros tiempos. Que no es una lucha de formatos o plataformas, atención, es una lucha más profunda, de entender qué fenómeno estamos viviendo en las comunicaciones. Que el asunto no es de maquillaje y ropita, sino que tiene que ver con una transformación de “espíritu”.
Todos saben lo que ha significado Netflix en el mundo de la distribución de contenidos. Y en el mundo del entretenimiento de públicos de todo el planeta. Una cosa no podría existir sin la otra y me explico: si el contenido de Netflix no tuviera la calidad que tiene y no fuera lo excelente que es y no tuviera el atractivo que tiene para millones de personas, nada habría pasado. Y si Netflix no hubiera invertido muchos millones de dólares en preparar su oferta de contenido original, además de los otros, seguramente no estaríamos hablando de ella.
Netflix pensó cómo podía adaptar su oferta al mundo digital y luego de invertir muchísimo dinero en contenido original decidió también adaptar la oferta de series de una forma que revolucionó el mercado: En el momento que lanzo la serie tienes todos los capítulos de la temporada a tu disposición...(Leer más)